Es por ello que contar con una planta de tratamiento de agua apropiada es importante. Una planta de estas características, en grandes y pequeñas escalas, es capaz de, mediante una serie de procesos químicos, devolver la pureza al agua contaminada, eliminando la contaminación a la que estuvo expuesta, ya sean residuos biológicos, aguas negras, grises u otro tipo de contaminantes. La idea, es contribuir con el ciclo de reutilización del agua.
Contar con una planta de tratamiento de agua ayudará a reducir costos y ser amigables con el medio ambiente, ya sea purificando por completo el líquido o bien reutilizándolo para sistemas de riego u otros usos. De esta manera, se verán además una serie de beneficios económicos y de recuperación de la inversión de la planta por conceptos de ahorro en descargas y usos de agua.